Nombres divinos

Nombres del Padre y del Hijo

Basado en el concepto emitido en la contraportada del libro impreso, titulada: “Busque la verdad y sígala”, he querido tomar en consideración el estudio de este tema. Pues debido a su gran repercusión actual, los estudiantes de la Biblia somos frecuentemente cuestionados. Por lo cual, después de haberme asesorado con las evidencias presentadas por algunos de los eruditos más reconocidos en la materia, y con maestros especialistas en la enseñanza del hebreo, he decidido compartirlo como un valioso complemento del contenido de este tratado. Con el fin de que el lector adquiera una información convincente y satisfactoria al respecto. El mismo está relacionado con el conocimiento de lo que revela el texto en los idiomas originales hebreo y griego acerca de los nombres de Dios el Padre y del Mesías el Hijo, con evidencias históricas y gramaticales de las traducciones y las transliteraciones, basadas en el uso de sus nombres en nuestras versiones de la Biblia al español.

Nota importante para el lector: Debido a que, por las características de la Páginai las inserciones de los caracteres hebreo y grigo fundamentales en la exposición de este estudio, no se reflejan como tal en el texto escrito, he tenido que tomar fotocopias de los párrafo en la que estos se encuentran contenidos y asignarlos como imagen. Ello ha dado como resultado, que entre una y otra imagen se refleje un espacio prolongado. Espero que me dispensen por ello.

…En primer lugar, es importante saber que la palabra "Jehová" no existió hasta el año 1000 de nuestra era. La razón de esto es que el Antiguo Testamento estaba escrito solamente con las puras letras consonantes, las vocales no se escribían, pero se sabían y usaban, gracias a la tradición.

Según lo exponen los eruditos, el nombre de Dios formado por las cuatro consonantes conocido como tetragrámaton, era pronunciado por los antiguos hebreos con el sonido de sus vocales correspondientes, las cuales no se reflejaban en el texto escrito, por lo que son realmente desconocidas para nosotros. Los judíos dejaron de pronunciar el nombre de Dios a partir del cautiverio o destierro en Babilonia en el 587 antes de Cristo, para evitar que fuera a ser profanado por los paganos. No obstante, la continuidad de los datos citados dice lo siguiente:

por cuanto la (h) en hebreo, se pronuncia similar a la (j) aunque más suave, casi como el aliento. 58Este detalle de la terminología con su respectiva pronunciación, se evidencia en la existencia de dos manuscritos en hebreo, uno de la epístola de Santiago y otro del Apocalipsis en la Biblioteca Británica obsequiados al Rey Enrique VIII (1500 d. C). Además, en fragmentos del libro de Lucas igualmente en hebreo, localizados en la caja de miscelánea de la Biblioteca del Vaticano. Lo que indica obviamente, que estos manuscritos fueron traducidos después que los masoretas le pusieron los signos vocálicos al hebreo del Antiguo Testamento, fecha en que se comenzó a pronunciar el tetragrámaton como Yehovah.

Los detalles acerca de la pronunciación del tetragrámaton concluyen diciendo que, los samaritanos, que no fueron llevados al destierro de Babilonia, y que se habían separado del Reino del Sur, usaron Yahveh basados en tradiciones antiguas… Algunos, sin embargo, lo pronuncian como Yahweh.

Según la información ofrecida por otras fuentes literarias de reconocida autenticidad, la “J” con su fonética actual, no formó parte del abecedario de la Lengua Española, sino hasta el siglo XVII de nuestra era. Los nombres que en la actualidad se inician con “J”, lo hacían antiguamente con “I”, la cual tenía el mismo sonido de la “Y”. Debido a que la “J” es un símbolo derivado de la “I”, hasta la fecha señalada ambas se usaban en forma alternada como letra inicial, pero igualmente ambas tenían el sonido “Y”. Evidentemente, en inglés y en algunos otros idiomas, ese sigue siendo su sonido permanente. Todo lo cual revela que la pronunciación del nombre Jehovah antes de esta fecha, era Yehovah. 

Debido a la presencia del uso frecuente de este método gramatical en la Torah, cuando se refiere al nombre divino se le llama "el ketiv queré perpetuo", por tratarse del nombre del Dios Eterno.

Sin embargo, 66un gran erudito en la materia, a quien admiro sinceramente, difiere totalmente del concepto de las vocales de Adonay en el tetragrámaton. Como resultado de su profunda y detallada investigación de muchos años acerca del tema, alega que las vocales asignadas al tetragrámaton siempre le han pertenecido y que nada tienen que ver con las vocales de Adonay. 67Todo ello, basado en argumentos relativamente consistentes, que parecen llevarnos a los inicios de la revelación del nombre divino, pero que, en realidad, las 68evidencias que nos ofrecen son posteriores a la vocalización del tetragrámaton.

Teniendo en cuenta que los masoretas dejaron el tetragrámaton sin sus correspondientes vocales, el sentido de la lógica nos indica que, si las asignadas por los rabinos, siempre le hubieran pertenecido sin nada que ver con las vocales de Adonay, tenga por cierto que ellos jamás se las hubieran puesto, con el fin de mantener el nombre sagrado vedado, como lo hicieron con la Septuaginta alrededor de novecientos años antes de la vocalización del Antiguo Testamento. El hecho de haber usado el nombre Adonay en dicha traducción, corrobora el concepto de que hayan tomado sus signos vocálicos como un recordatorio para la lectura del nombre sagrado.

Por otro lado, a pesar de la variedad de puntuaciones vocálicas mencionadas por nuestro erudito, no existe, sin embargo, ningún manuscrito vocalizado que conste de una fecha anterior a los masoréticos. Sugiero escuchar pacientemente el video con la reseña numérica 66 reflejado al final del tema. Escúchelo a partir de la escala 45.00.

ETIMOLOGÍA DEL TÉRMINO DIOS

Después de haber analizado detalladamente lo relacionado con el nombre propio y sus variantes, del Autor de la vida y Creador del universo, al cual nos referimos en nuestro idioma como Dios”, veamos de dónde procede esta terminología, y cómo llegó hasta nosotros. 56Según DECEL-Diccionario Etimológico Castellano en Línea, el término Dios procede del latín deus. Y el latín deus, no procede en absoluto del griego Zeus. Lo que sucede es que ambas palabras derivan de una raíz indoeuropea común dyeu/dyu que significa “luz diurna”. Y en efecto ambas palabras, al igual que el término Dios, significan “Ser de luz”.

Los cristianos de la parte occidental del Imperio romano, utilizan deus o divus usado como el nombre común de un dios para aplicarlo a Dios, nuestro Creador. Mientras que en la parte oriental del mismo se utiliza el griego “theós”, que se aplica para el nombre común de un dios, y no tiene nada que ver con el vocablo del latín deus, sino que proviene de una raíz indoeuropea diferente. El cambio del latín deus al castellano "Dios", es el producto de la evolución de la fonética, que este diccionario aclara detalladamente.

Asimismo, en diferentes partes y épocas del mundo antiguo, surgieron varios nombres que cada quien le daba a sus propios dioses o divinidades y que finalmente algunos de ellos se lo han atribuido al Ser Supremo, creador del universo. Por lo cual, en las versiones de la Biblia al español, usted encontrará que en 51Génesis 1: 1 dice: En el principio crió "Dios" los cielos y la tierra. Mientras que en las versiones al inglés dice: En el principio crió "God" los cielos y la tierra. En la versión árabe de la Biblia, dice: En el principio crió "Allah" [Alá] los cielos y la tierra. (No se trata del Corán, sino de la Biblia árabe). En la versión griega dice: En el principio crió "qeov~" [theós], los cielos y la tierra. Y así otras versiones según su idioma.

De esta manera concluyo esta exposición, esperando que los estudiantes hayan logrado entender que, aunque para nuestro Divino Creador no existen barreras de idiomas para nuestra comunicación con Él, no obstante, los nombres revelados por su propia declaración, según el texto en el idioma original hebreo, son los nombres verdaderos del Ser Supremo. 

Inicialmente expuse cómo el tetragrámaton llegó a ser vocalizado y leído como Yehovah o Yejovah, aunque tal pronunciación es improcedente, según el concepto gramatical del hebreo. Por tanto, lo invito a disfrutar un video alusivo al final del tema, por un gran maestro hebreo, el Rabino Daniel Chapán.


NOMBRES DEL HIJO


Introducción: Decenas de profecías comprendidas en la Ley, los Salmos y los Profetas, crearon un entorno de fe y esperanza de redención para el pueblo conocedor de estas maravillosas verdades. La verdad de un Mesías glorioso que habría de cambiar el destino de la humanidad para siempre. Por las evidencias históricas y lingüísticas, cuando el ilustre y tan esperado personaje hizo su aparición tal como lo describieron los profetas, llamaron su nombre Yeshúa. Y en ese su nombre hizo maravillosos milagros en el corazón y la vida de los que le conocieron. Pero en el contexto cultural de su época predominaba la cultura greco-romana, y cuando aquellos, ajenos a su nación y su idioma, creyeron en Él, llegó el tiempo de escribir el relato de su historia y sus enseñanzas, para quienes fue necesario que se hiciera en griego. Aunque en ese idioma su nombre no era posible escribirlo ni pronunciarlo como en el original hebreo, para suerte de los escritores, ya su transliteración existía en la versión griega Septuaginta, gracias a un personaje de la línea sacerdotal relacionado repetidas veces en los libros de Esdras y Nehemías, que tenía el mismo nombre que le fue dado a nuestro Mesías. Y su nombre transliterado al griego se pronunciaba como Iesús (Yesús). Luego, cuando se hizo la traducción al español, lejos de hacer la transliteración del nombre directo del hebreo, como se hizo en la Septuaginta y luego en los escritos del Nuevo Testamento griego, ellos lo escribieron como Iesus. Pero en ese nombre también, Él ha hecho grandes y maravillosos milagros en el corazón y la vida de todos los que le han creído. Posteriormente, ya en el siglo XVII, el nombre en español pasó a ser Jesús, y eso no ha cambiado las relaciones de nuestro Mesías con sus seguidores.

No obstante, existen muchos creyentes en el mundo hispanohablante de la actualidad, que reclaman el nombre original del Hijo de Dios. En cambio, la gran mayoría no tiene ni la menor idea de la realidad del asunto. Por lo cual, abordar el tema en cuestión, ha sido de mayor interés para mí como parte de mis escritos de teología elemental y de las enseñanzas de Yeshúa nuestro glorioso Mesías.

Lo cierto es que, con el surgimiento de nuevas versiones de la Biblia a diferentes idiomas, el nombre del Hijo tiene sus variantes según el idioma de la versión a la que haya sido transliterado. En hebreo se pronuncia: Yeshúa, en griego: Iesús, en español: Jesús, y en inglés Yisas. Aunque la verdadera pronunciación es la original, Él, sin embargo, nos entiende en cualquier idioma en que le hablemos. 


transliterado como Iesus, sin el acento en la (u). Pues como dijera anteriormente, el uso de  la “J” como letra inicial, no había aparecido todavía en nuestro idioma. Y no fue, sino hasta la revisión del Nuevo Testamento en 1858 y de la Biblia completa en 1862, cuando se sustituyó la letra inicial “I” por la “J”. Al parecer fue entonces cuando acentuaron la (ú).

Vea el uso del nombre "Iesus" según el libro de Mateo en la Versión Reina-Valera 1602.

Sin embargo, debido a que el texto griego del Nuevo Testamento con sus terminologías, no apareció, sino varios años después de Cristo, y varios siglos más tarde en español, es del todo lógico que, durante toda su vida, el Hijo de Dios, el Mesías, nunca fue llamado ni mencionado por nadie como Jesús, ni siquiera como Iesús según el griego y el latín, sino por su nombre original revelado en este estudio. Así tampoco fue conocido como el Cristo, sino como Hamashíaj: El Mesías, y por ende, sin lugar a dudas, este concepto es aplicable a su nombre en cualquier parte del Nuevo Testamento donde se encuentre reflejado.

Los videos expuestos a continuación con sus correspondiente reseñas numéricas, le ofrecen detalles relacionados en el estudio del tema.

Video correspondiente a la reseña 58

Video correspondiente a la reseña 61

Video correspondiente a la reseña 66: Sugiero Escucharlo a partir de la escala 45.00.  https://www.youtube.com/live/zVKa6AU_vUY 

Video del Rabino Daniel Chapan acerca del tetragrámaton:

A trvés de este link, el lector podrá apreciar fotografías tomadas del texto citado del libro de Esdras en español; de la Septuaginta y de la versión hebrea. Además de un par de fotos de fragmentos de manuscritos: uno del Evangelio de Juan y otro de Lucas, en hebreo, donde aparece también el nombre de Yeshúa en ese idioma.

Nota: Estimado lector, si este tema ha resultado de su interés y satisfacción, lo invito a disfrutar de la apreciación de una nueva versión actualizada de este libro, con su correspondiente subtítulo: Teología Elemental y Enseñanzas de Yeshúa; con el uso de los Nombres Divinos según su pronunciación en el original hebreo. Disponible en libro impreso y libro electrónico:  https://a.co/d/7XicxA4. Encuéntrelo además en formato digital mediante la descarga gratuita de nuestra Aplicación Móvil.