DEJAR LAS OBRAS DE LA CARNE
DEJAR LAS OBRAS DE LA CARNE Y BUSCAR LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU
Para que se pueda comprender mejor el objetivo de este importante tema, será necesario tomar en consideración las palabras del apóstol Pablo, según el siguiente pasaje de las Escrituras:
51Segunda de Corintios capítulo 5: versículo 17: "De modo que si alguno está en Cristo [el Mesías], nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas."
Partiendo de este concepto, tendremos en cuenta que las obras de la carne son conforme a la vieja criatura (el hombre pecador); sin embargo, los frutos del Espíritu son afines con la nueva criatura en Yeshúa el Mesías.
En cuanto a las obras de la carne y los frutos del Espíritu consideremos lo que nos dicen los siguientes pasajes de las Sagradas Escrituras:
51Gálatas capítulo 5: versículos 16 y 19 al 26 "Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la carne. 19Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, 20Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos y cosas semejantes a éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, 23Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley. 24Porque los que son de Cristo [el Mesías], han crucificado la carne con los afectos y concupiscencias. 25Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu. 26No seamos codiciosos de vana gloria, irritando los unos a los otros, envidiándose los unos a los otros."
Reflexionemos con las recomendaciones del apóstol Pablo en otras de sus epístolas, referente a las obras de la carne y los frutos del Espíritu. A la Iglesia de los romanos les dice según 51Romanos capítulo 8: versículos 1, 7, 12 y 13: Ahora ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús [el Mesías Yeshúa], los que no andan conforme a la carne, mas conforme al espíritu. Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede. Así que, hermanos, deudores somos, dice el Apóstol, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne: Porque si viviereis conforme a la carne, moriréis; mas si por el espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis.
De igual manera, se dirige a los creyentes de la Iglesia en Éfeso según 51Efesios capítulo 5: versículos 9 y 10, para decirles que, el fruto del Espíritu es en toda bondad, y justicia, y verdad; aprobando lo que es agradable al Señor.
Creo de vital importancia señalar que la mayoría de las obras de la carne relacionadas en estos pasajes, han sido y continuarán siendo objeto de nuestra observación a través de varios de los temas presentados en este tratado. Por lo cual, en esta ocasión, quiero hacer énfasis acerca de algunas de estas obras referidas, como son: las enemistades, los pleitos, las iras, las contiendas y las disensiones. Cuando estas obras de la carne se exteriorizan en cualquier persona, destruyen completamente los buenos efectos de su conducta y opacan los sanos principios de su reputación, trayéndole por consecuencia serios problemas y resultados muy negativos. De hecho, algunos creyentes tenemos serias dificultades en la observancia de esta norma de conducta. Pues, aunque no seamos capaces de causarle daño, ni ofender intencionalmente a ninguno de nuestros semejantes, sin embargo, cuando se violan nuestros derechos o se nos causa perjuicios u ofensas, por lo general reaccionamos con una actitud tan defensiva, que algunos solemos convertirnos en agraviantes a un nivel de mayor severidad que nuestros ofensores. Pero esta lamentable actitud, además de afectar nuestras relaciones con Dios, destruye también en nosotros la imagen de todos los buenos principios que nos enseña la doctrina de Yeshúa el Mesías.
Debido a tales razones, el creyente fiel debe evitar por todos los medios posibles las manifestaciones de estas obras de la carne y seguir las sugerencias de nuestro Señor Yeshúa, el cual nos ha dejado instrucciones precisas al respecto, según la declaración del siguiente pasaje bíblico:
51Mateo capítulo 5: versículos 38 al 41: "Oísteis que fue dicho a los antiguos: Ojo por ojo, y diente por diente. 39Mas yo os digo: No resistáis al mal; antes a cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra; 40Y al que quisiere ponerte a pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa; 41Y a cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos."
En el libro de Proverbios encontramos también un sabio consejo que corrobora esta recomendación dada por el Señor, para ayudarnos a evitar los pleitos y las contiendas. Al respecto veamos lo que dicen las Sagradas Escrituras:
51Proverbios capítulo 15: versículo 1: "La blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor."
El apóstol Pablo nos hace también la siguiente recomendación:
51Efesios capítulo 4: versículo 31: "Toda amargura, y enojo, e ira, y voces, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia."
La forma más eficiente que el creyente pueda encontrar para hacerle resistencia a estas obras o manifestaciones de la carne será buscando el auxilio de Dios mediante el ayuno y la oración, para que pueda ser bendecido con los frutos del Espíritu, especialmente el de la mansedumbre, conforme a la recomendación de nuestro Mesías en el siguiente pasaje de las Escrituras:
51Mateo capítulo 11: versículo 29: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas."
Debido a que el tema considerado así lo amerita, quiero hacer énfasis en que la práctica del ayuno y la oración, ofrecidos a Dios en forma sincera y genuina, son dos de las actitudes que con mayor efectividad le permiten al ser humano obtener el auxilio divino, en cualquier circunstancia. La enseñanza acerca de la oración la estudiamos detalladamente en el capítulo 1 de este tratado. Por lo que solo me resta decir que el ayuno puesto en práctica junto con la oración, ha sido el arma más poderosa usada por muchos personajes de la historia bíblica, que lograron el éxito en medio de grandes conflictos, y la victoria del bien sobre el mal en circunstancias muy difíciles. Como ejemplo de ellos veamos los siguientes relatos:
Moisés: 51Deuteronomio capítulo 9: versículos 9 y 10: "Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que Jehová [el Señor] hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua. 10Y dióme Jehová [el Señor] las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios"…
El rey Acab: 51Primera de Reyes capítulo 21: versículos 27 al 29: “Y acaeció cuando Achâb oyó estas palabras, que rasgó sus vestidos, y puso saco sobre su carne, y ayunó, y durmió en saco, y anduvo humillado. 28Entonces fué palabra de Jehová [del Señor] a Elías Thisbita, diciendo: 29¿No has visto como Achâb se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días: en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa."
El rey Josafat: Consideremos ahora el caso de este rey según el relato de 51Segunda de Crónicas capítulo 20: versículos 2 al 6 y 14 al 17, cuando los mensajeros acudieron, y le dieron aviso diciendo: Contra ti viene una grande multitud de la otra parte de la mar, y de la Siria; y he aquí que ellos están en Hasasón-tamar, que es Engedi. Entonces el rey tuvo temor, y puso Josaphat su rostro para consultar a Jehová [al Señor], e hizo pregonar ayuno a todo Judá. Y juntáronse los de Judá para pedir socorro a Jehová [el Señor]: y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir a Jehová [al Señor]. Púsose entonces Josaphat en pie en la reunión de Judá y de Jerusalem, en la casa de Jehová [del Señor], delante del atrio nuevo dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y te enseñoreas en todos los reinos de las gentes? ¿no está en tu mano tal fuerza y potencia, que no hay quien te resista? Y estaba allí Jahaziel hijo de Zachârías, hijo de Benaías, hijo de Jeiel, hijo de Mathanías, Levita de los hijos de Asaph, sobre el cual vino el espíritu de Jehová [del Señor] en medio de la reunión; y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalem, y tú, rey Josaphat. Jehová [el Señor] os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta tan grande multitud; porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. Mañana descenderéis contra ellos: he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. No habrá para qué vosotros peleéis en este caso: paraos, estad quedos, y ved la salud de Jehová [del Señor] con vosotros. Oh Judá y Jerusalem, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que Jehová [el Señor] será con vosotros.
La reina Esther: Esta heroína del pueblo de Dios en la diáspora, al recibir noticias del mal que le querían hacer a su pueblo Israel, según el relato descrito en 51Esther capítulo 4: versículos 15 al 17, dijo a los mensajeros que respondiesen a Mardochêo: Ve, y junta a todos los Judíos que se hallan en Susán, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche ni día: yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y así entraré al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca. Entonces se fue Mardochêo, e hizo conforme a todo lo que le mandó Esther. Según la sucesión del relato descrito en 51Esther capítulo 5: versículos 1 al 3, aconteció que al tercer día se vistió Esther su vestido real, y púsose en el patio de adentro de la casa del rey, enfrente del aposento del rey: y estaba el rey sentado en su solio regio en el aposento real, enfrente de la puerta del aposento. Y fue que, como vio a la reina Esther que estaba en el patio, ella obtuvo gracia en sus ojos; y el rey extendió a Esther el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces se llegó Esther, y tocó la punta del cetro. Y dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Esther? ¿y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino, se te dará.
El lector apasionado por la Palabra de Dios, podrá deleitarse en gran manera con la lectura de la narración de este libro en sus cinco capítulos restantes, donde culmina con los resultados del éxito otorgado por el Dios de Israel, de manera brillante y satisfactoria a esta reina hija de su pueblo. Éxito que ha quedado en los registros de la historia secular con tintes de gloria, de fe y de heroísmo, logrado mediante la práctica legítima del ayuno y la oración.
Los habitantes de Nínive: 51Jonás capítulo 3: versículos 4 al 10: "Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y pregonaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. 5Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y pregonaron ayuno, y vistiéronse de sacos desde el mayor de ellos hasta el menor de ellos. 6Y llegó el negocio hasta el rey de Nínive, y levantóse de su silla, y echó de sí su vestido, y cubrióse de saco, y se sentó sobre ceniza. 7E hizo pregonar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna, no se les dé alimento, ni beban agua: 8Y que se cubran de saco los hombres y los animales, y clamen a Dios fuertemente: y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que está en sus manos. 9¿Quién sabe si se volverá y arrepentirá Dios, y se apartará del furor de su ira, y no pereceremos? 10Y vió Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino: y arrepintióse del mal que había dicho les había de hacer, y no lo hizo."
El Mesías: 51Lucas capítulo 4: versículos 1 al 4: "Y Jesús [Yeshúa], lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fué llevado por el Espíritu al desierto. 2Por cuarenta días, y era tentado del diablo. Y no comió cosa en aquellos días: los cuales pasados, tuvo hambre. 3Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se haga pan. 4Y Jesús [Yeshúa] respondiéndole, dijo: Escrito está: Que no con pan solo vivirá el hombre, mas con toda palabra de Dios."
51Marcos capítulo 9: versículo 29: "Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno."
Cornelio: 51Hechos capítulo 10: versículos 30 y 31: "Entonces Cornelio dijo: Cuatro días ha que a esta hora yo estaba ayuno; y a la hora de nona estando orando en mi casa, he aquí, un varón se puso delante de mí en vestido resplandeciente 31Y dijo: Cornelio, tu oración es oída, y tus limosnas han venido en memoria en la presencia de Dios."