SACRIFICIOS POR EL PECADO
SACRIFICIOS POR EL PECADO
Aunque el asunto de los sacrificios de animales comprendidos en el antiguo pacto, como un medio de redención temporal de los pecados, lo tratamos detalladamente en temas anteriores, no obstante, en este caso tomaremos en consideración las referencias más esenciales relacionadas con el mismo. 51Levítico capítulo 6: versículos 1 al 4, 6 y 7 declara que el Señor habló a Moisés, y le dijo: Cuando una persona pecare, e hiciere prevaricación contra Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado, o dejado en su mano, o bien robare, o calumniare a su prójimo; o sea que hallando lo perdido, después lo negare, y jurare en falso, en alguna de todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre: Entonces será que, puesto habrá pecado y ofendido, restituirá aquello que robó, o por el daño de la calumnia, o el depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló, y por su expiación traerá a Jehová un carnero sin tacha de los rebaños, conforme a tu estimación, al sacerdote para la expiación; y el sacerdote hará expiación por él delante de Jehová, y obtendrá perdón de cualquiera de todas las cosas en que suele ofender.
En otra porción del mismo libro, Moisés describe el orden de los detalles dados por Dios en relación con estos sacrificios de animales, donde hace clara alusión acerca de los sacrificios por la culpa, además de los que se hacían por el pecado, y le ordena degollar el cordero en el lugar donde degüellan la víctima por el pecado y el holocausto, en el lugar del santuario. Y dice que, como la víctima por el pecado, así también la víctima por la culpa es del sacerdote: es cosa muy sagrada. Tomará el sacerdote de la sangre de la víctima por la culpa, y pondrá el sacerdote sobre la ternilla de la oreja derecha del que se purifica, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho. 51(Levítico capítulo 14: versículos 13 y 14).
Otros sacrificios por el pecado semejantes a estos, se realizaban una vez al año por todo el pueblo. Ver 51Levítico capítulo 16: versículos 3, 5, 7 al 11, 14 al 16, 20 al 22, 24, 33 y 34.
El derramamiento de la sangre ejercía una función esencial en estos casos. Recordemos que, según 51Éxodo capítulo 24: versículo 8, Moisés tomó la sangre, y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre de la alianza que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas. Y en 51Hebreos capítulo 9: versículo 22, el autor del libro confirma el mismo concepto, diciendo que casi todo es purificado según la ley con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
Es evidente, según lo demuestran las Sagradas Escrituras, que el medio de redención temporal de los pecados, comprendido en el antiguo pacto, prefiguraba el sacrificio del Mesías, quien es el Cordero de Dios, según lo declaran los pasajes de 51Juan capítulo 1: versículos 29, 36 y 37; 51Primera de Pedro capítulo 1: versículos 19 y 20; y 51Apocalipsis capítulo 5: versículo 12.
Antes de entrar en detalles del siguiente paso, quiero aclarar, como lo hice en temas anteriores, que ninguno de estos sacrificios relacionados con el antiguo pacto redimía pecados como el adulterio, la fornicación, el homicidio y otros, por los cuales el culpable debía morir irremisiblemente, hasta que el Mesías murió en lugar suyo. Ver 51Hechos capítulo 13: versículo 39. Por eso dice la Escritura que tomaremos en consideración en el próximo paso: “Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.”
Ahora bien, después de haber apreciado a través de estos pasajes bíblicos lo fundamental acerca del medio de redención de los pecados según el antiguo pacto, tomaremos en consideración este aspecto según el nuevo pacto. Veamos lo que dicen los siguientes pasajes de las Escrituras:
51Hebreos capítulo 10: versículos 4 al 6 y 9 al 14: "Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. 5Por lo cual, entrando en el mundo, dice: Sacrificio y presente no quisiste; Mas me apropiaste cuerpo: 6Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. 9Entonces dijo: Heme aquí para que haga, oh Dios, tu voluntad. Quita lo primero, para establecer lo postrero. 10En la cual voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una sola vez. 11Así que, todo sacerdote se presenta cada día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados: 12Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado a la diestra de Dios, 13Esperando lo que resta, hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. 14Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados."
51Mateo capítulo 26: versículos 27 y 28: "Y tomando el vaso, y hechas gracias, les dio, diciendo: Bebed de él todos; 28Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados."
Este último pasaje de las Escrituras relacionado con el nuevo pacto, hace clara alusión al sacrificio del Mesías en la cruz, donde derramó su sangre para la expiación de nuestros pecados, según los pasajes bíblicos de 51Primera de Juan capítulo 1: versículo 7; 51Efesios capítulo 1: versículo 7 y 51Romanos capítulo 5: versículo 9.
Veamos ahora lo que nos dice el pasaje siguiente:
51Juan capítulo 14: versículo 6: …"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí."
Estas palabras de Jesucristo: “Nadie viene al Padre, sino por mí”, además de la declaración hecha en 51Mateo capítulo 21: versículos 42 al 44 con 51Hechos capítulo 4: versículos 11 y 12, dejan bien esclarecido el concepto de que, a partir de entonces, la única posibilidad que tendría el ser humano para allegarse a Dios, sería a través de Él. Había venido para establecer los principios de un nuevo pacto mediante su sacrificio y su sangre derramada en la cruz. Muy a pesar de que los dirigentes del sistema religioso judío, lejos de entenderlo así, no solo lo rechazaron, sino que lo condujeron hasta el martirio mismo. Dando lugar así a la consumación del acto de la redención y al establecimiento del nuevo pacto. Administrado por los creyentes en el Mesías, el Hijo de Dios, por institución y designio divino tal como se evidencia en el desarrollo de este estudio.